Los germinados son una forma estupenda de añadir un poco de sabor y crujiente a una ensalada o a un sándwich, al tiempo que aumentan el valor nutritivo de su comida. Una taza de judías germinados proporciona más de la ingesta diaria recomendada de vitamina C, y muchos nutricionistas consideran que brócoli brotes para ser un superalimento.
Esencialmente, los germinados son semillas de plantas que han germinado con éxito y pueden considerarse plantas «bebé». Hay muchos tipos diferentes de germinados que puede cultivar, cada uno con sus propios beneficios y sabor. Algunas de las opciones más populares son los germinados de judías y guisantes (como los germinados de judías negras o los germinados de guisantes verdes), los granos germinados (piense en: trigo sarraceno, amaranto y arroz integral) y los germinados de verduras, frutos secos y otras semillas (como los germinados de rábano, remolacha y alfalfa). En general, cualquier planta de la que comería los tallos y las hojas es una buena opción para germinar. Las plantas de las que sólo se come los frutos (como los tomates y los pimientos) no son apropiadas.
Una nota importante: compre sólo semillas destinadas específicamente a la germinación. Estas semillas no contienen productos químicos y se limpian para que estén libres de patógenos. No querrá una dosis extra de salmonela o e. Coli con sus germinados! A veces puede encontrar paquetes de germinados semillas en centros de jardinería, pero si no es así, consulte su catálogo de semillas favorito.
Además de ser nutricionalmente densos, los germinados son un cultivo sencillo de cultivar, que sólo requiere unos 10 cm de espacio en la encimera, si acaso. Si desea cultivar germinados en un tarro, he aquí algunos pasos generales a seguir.
Qué necesitará
Equipo / Herramientas
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Estopilla o colador de malla fina
Materiales
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Semillas de su elección
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Tarro de boca ancha
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Bol con tapa o bolsa para guardar alimentos
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Toalla de papel
Instrucciones

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Coloque las semillas en el tarro y tápelo
Lave 1 ó 2 cucharadas de las semillas que haya elegido y colóquelas en un tarro de boca ancha limpio y esterilizado (un tarro de conservas es ideal para esto). Asegúrese de que las semillas sólo ocupan aproximadamente 1/4 del tarro, ya que se expandirán. Cúbralas con unos 5 cm de agua tibia. Cubra el tarro con la estopilla y sujételo con la anilla de la tapa de conservas o con una goma elástica. Deje reposar la mezcla toda la noche.

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Escurra el agua del tarro
Incline el tarro boca abajo sobre un fregadero para escurrir el agua del tarro. Alternativamente, puede verter el agua y las semillas en un colador de malla fina, asegurándose de que los agujeros del colador son bastante más pequeños que las semillas para no perder ninguna en el fregadero.

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Enjuague las semillas
Una vez que haya escurrido toda el agua de remojo del recipiente, enjuague las semillas añadiendo agua nueva al frasco, agitando las semillas y escurriéndolas de nuevo (utilizando el mismo método de estopilla o colador que utilizó anteriormente).

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Permita la circulación del aire
Busque una zona alejada de la luz solar directa y coloque el tarro boca abajo en ángulo para permitir el drenaje y la circulación del aire a través de la tela de queso, utilizando un cuenco o un escurreplatos para apoyar el tarro.

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Repita el proceso
Repita el proceso de remojo, escurrido, aclarado y colocación para que circule el aire detallado anteriormente todos los días, de 2 a 4 veces al día, hasta que sus brotes tengan el tamaño deseado. Nunca debe dejar que las semillas se sequen por completo ni dejarlas reposar en agua.
Este proceso repetido dura entre tres y siete días, dependiendo de la variedad de brotes que esté cultivando.

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Coseche los brotes
Lo mejor es comer los germinados cuando aún son bastante pequeños y apenas empiezan a ponerse verdes. Después de cosecharlos en ese estado, dé a los germinados un último enjuague, eliminando cualquier semilla que no haya brotado. Seque y guarde los brotes en un recipiente tapado. Utilícelos en la semana siguiente a su cosecha.

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Almacene sus brotes
Guarde sus germinados en un recipiente tapado o en una bolsa de almacenamiento de alimentos en su frigorífico durante un máximo de una semana. Es una buena idea poner una toalla de papel en su recipiente de almacenamiento para absorber el exceso de humedad, cambiándola periódicamente.

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Consejos para cultivar brotes
Aunque cultivar germinados en un tarro es un método muy sencillo, hay otros artilugios especializados que puede comprar para su operación de germinado. Entre ellos se incluyen germinadores de varios niveles, tapas de tarro con coladores de distintos tamaños para facilitar el aclarado y el escurrido, e incluso germinadores que automatizan el proceso de aclarado por usted. Sea cual sea el método que elija, cultivar germinados y añadirlos a su dieta es una forma sencilla y eficaz de obtener un poco más de nutrición.

